La situación en Haití se ha agravado de manera alarmante, posicionándose como una de las peores crisis humanas que el país ha enfrentado. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, la violencia en Haití ha escalado hasta niveles incontrolables, afectando profundamente tanto la seguridad como todos los aspectos del día a día, especialmente los servicios de salud básicos. Puerto Príncipe, la capital, está siendo especialmente azotada por el descontrol de bandas armadas, empeorando la calidad de vida de sus habitantes. Médicos Sin Fronteras (MSF), presente en Haití desde hace más de treinta años, es uno de los actores clave afrontando esta crisis humanitaria extrema.
Violencia Haití: Las Operaciones de Médicos Sin Fronteras en Medio del Caos
MSF ha sido, literalmente, un salvavidas para millones de haitianos con dificultades de acceso a servicios de salud. En 2024, realizaron más de 72,000 consultas médicas y brindaron asistencia crucial a 4,800 sobrevivientes de violencia sexual. Además, llevaron a cabo 7,500 cirugías a pesar de los riesgos a los que se enfrenta su personal. Sin embargo, la intensificación de la violencia en Haití ha llevado a terrenos mucho más peligrosos, obligando temporalmente a cerrar instalaciones para garantizar la seguridad del personal y pacientes.
La capital, Puerto Príncipe, es un reflejo de este caos, dominada muchas zonas por grupos armados que retienen el control y siembran el terror. En noviembre de 2024, un evento trágico sacudió a MSF cuando una de sus ambulancias fue interceptada por la policía, resultando en la muerte de dos pacientes tras el uso de gases lacrimógenos.
Impacto de la Violencia Haití en los Servicios de Salud Básicos
En un país donde los servicios básicos han colapsado, mantener operaciones médicas y humanitarias se convierte en una tarea sobrehumana. MSF opera el único hospital en Cité Soleil, un territorio casi impenetrable debido a las bandas armadas. Aquí, brindan atención médica a 2,500 personas cada mes y han tratado 300 casos de cólera durante el año. La implementación de clínicas móviles permite a MSF llegar a áreas desprovistas de cualquier servicio médico, pero hacerlo conlleva riesgos significativos.
Condiciones Críticas del Personal en el Terreno
El personal de MSF, especialmente los trabajadores haitianos, está más expuesto a los peligros en comparación con sus colegas internacionales. De los 800 trabajadores haitianos, cada día enfrentan la amenaza constante de ser atrapados en el fuego cruzado. Han tenido que idear métodos para protegerse de balas perdidas, como la instalación de placas de metal en instalaciones de salud.
El financiamiento internacional es otro factor agravante. Aunque MSF depende principalmente de fondos independientes, el congelamiento de recursos, sobre todo aquellos destinados a métodos anticonceptivos, impacta negativamente las operaciones en Haití. Las mujeres, en particular, sufren las consecuencias de esta carencia al recurrir a estos métodos como medio de protección frente a agresores.
Un Llamado Urgente a la Comunidad Internacional
La violencia en Haití sigue siendo un desafío abrumador que requiere una intervención urgente de la comunidad internacional. Médicos Sin Fronteras ha pedido repetidamente una respuesta inmediata y coordinada para abordar la crisis humanitaria que se agrava con cada día que pasa. Sin embargo, la violencia persistente de las pandillas complica los esfuerzos del gobierno y cualquier intento de las organizaciones por brindar asistencia.
El futuro de Haití depende en gran medida de soluciones drásticas y efectivas que enfrenten tanto la violencia como las necesidades humanitarias. Es esencial garantizar que las voces de aquellos en situaciones desesperadas sean escuchadas. Amigos, este es un llamado a todos aquellos que puedan influir y ayudar a aliviar el sufrimiento de personas que diariamente enfrentan situaciones inimaginables. Estamos hermanos en esta causa común para sostener la dignidad humana bajo las circunstancias más inciertas.