Dina Boluarte, la primera mujer en presidir Perú, ha dejado una huella significativa en la historia política del país. Su destitución por el Congreso el 10 de octubre de 2025, bajo la acusación de «incapacidad moral permanente», marca el fin de un mandato caracterizado por escándalos, baja popularidad y un preocupante aumento de la violencia. A pesar de su histórica posición, su administración fue incapaz de abordar efectivamente los complejos problemas que aquejan a Perú.
Dina Boluarte: Un Ascenso Lleno de Desafíos
La historia de Dina Boluarte en la presidencia comenzó con la destitución de Pedro Castillo en diciembre de 2022. Se enfrentó desde el principio a una serie de obstáculos, ya que tomó el liderazgo en un momento de gran turbulencia política. A pesar de su intención de impulsar reformas y cambios, su popularidad nunca despegó. Alcanzó un índice de desaprobación del 93%, destacándose como uno de los más bajos de la región. Este conjunto de situaciones adversas dejó poco margen para la implementación de un liderazgo efectivo.
Investigaciones y Escándalos: La Sombra que Acechó su Mandato
Boluarte estuvo constantemente bajo la lupa de las autoridades judiciales. Se iniciaron investigaciones sobre presuntos delitos de «genocidio, homicidio calificado y lesiones graves», atribuidos a su gestión durante la represión de protestas en las que más de 60 personas perdieron la vida. Además, se agregó el «caso Rolex» en el que fue acusada de enriquecimiento ilícito al ser descubierta ocultando posesiones de lujosos relojes de alto valor. Estos escándalos erosionaron significativamente su credibilidad y añadieron presión sobre su gestión administrativa.
Una Oposición Creciente: Medidas Controvertidas y Descontento Popular
Durante el tiempo que estuvo en la presidencia, Dina Boluarte implementó medidas que generaron fuerte rechazo. La decisión de duplicar su salario presidencial en medio de una crisis económica fue vista como una señal de desconexión con la realidad del país. Además, promulgó una ley de amnistía para militares y policías acusados de violaciones a los derechos humanos, lo que avivó aún más el descontento social y político. Estas acciones, vistas como insensibles ante las necesidades del pueblo, reforzaron la sensación de desencanto en la población.
Violencia Descontrolada: Un Problema que Persiste
Uno de los principales retos durante el mandato de Boluarte fue la creciente violencia en el país. Las cifras eran alarmantes: un incremento significativo en homicidios y casos de extorsión que las autoridades no pudieron controlar efectivamente. El caso más resonante fue el ataque a la conocida banda Agua Marina el 9 de octubre de 2025, que evidenció la falta de seguridad sólida. Este aumento en la violencia desafió los esfuerzos del gobierno y dejó un legado trágico para las comunidades afectadas.
El Último Acto: La Destitución de Dina Boluarte
Finalmente, la conjunción de escándalos y el incremento de la violencia llevó al Congreso a destituir de su cargo a Dina Boluarte. La moción de vacancia fue aprobada de manera unánime, reflejando el consenso entre los legisladores sobre la necesidad de un cambio de liderazgo. Su destitución cierra un capítulo de turbulencia en la política peruana, instando a un enfoque renovado para abordar los retos persistentes. Perú necesita medidas urgentes y efectivas para recuperar la estabilidad y confianza en sus instituciones políticas.